
Los dirigentes socialistas están convencidos de que las razones políticas aducidas por Eduardo Tamayo y Teresa Sáez de negarse a apoyar un pacto con IU son una pantalla para ocultar otros motivos más pecuniarios. El presidente del PSOE, Manuel Chaves, ha llegado a decir que la "traición" se debe a "intereses económicos y urbanísticos a los que no les conviene que el PSOE gobierne Madrid".
En los medios políticos se han barajado versiones que hablan de la intervención de un constructor en el diseño del golpe contra Simancas, así como de personas del entorno del secretario general del PP, Javier Arenas, en el apoyo y resonancia mediática del diputado que corrió a la televisión a contar sus razones, antes de explicárselas a los dirigentes del PSOE.
La única explicación a lo sucedido que encuentra la hasta ahora portavoz de Urbanismo en el Ayuntamiento de Madrid, Matilde Fernández, "es que a estos dos los han comprado". Sin embargo, ni Zapatero, ni Blanco, ni el propio Simancas han encontrado pruebas de ello. Las tres alternativas que se abren ahora en Madrid son: que Simancas presente su candidatura a formar gobierno con el apoyo de IU y que los dos diputados rebeldes dejen sus actas o que acaben votando a favor. Habría así un gobierno PSOE-IU. Que Simancas no reúna los 56 votos que necesita y que Aguirre entre a gobernar con 55 diputados, arriesgándose a administrar la Comunidad en minoría. Que PSOE y PP pacten un gobierno de gestión para preparar elecciones anticipadas.